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Sé una FIT MOM y consigue más beneficios

El embarazo es una etapa para la mujer donde se enfrenta a profundos cambios fisiológicos. Sin duda, y desde el primer momento, durante todo este proceso el consentimiento y la continua supervisión médica garantizarán una práctica segura de ejercicio físico para la gestante.



Una vez tenga conocimiento el médico especialista y el permiso para hacerlo, la práctica de ejercicio será una recomendación saludable para el feto y la gestante por los numerosos beneficios que puede reportar, los beneficios que puede suponer esta práctica para el bienestar de la madre y el feto están bien documentados.



No obstante, si bien pueden existir ciertos riesgos hipotéticos asociados al ejercicio físico intenso para el feto bajo determinadas circunstancias (aspectos los cuales sólo han podido ser demostrados en unos pocos estudios con animales), no es menos cierto que los beneficios del ejercicio moderado superan con creces los riesgos que pudieran conllevar, pudiendo fácilmente ser minimizados. Así, apoyándonos en algunos estudios que hayan profundizado en esta cuestión podemos afirmar que no existen diferencias entre los riesgos asociados (menor peso del neonato al nacer, mayor riesgo de aborto espontáneo, parto pretérmino, retraso del desarrollo fetal, etc.) entre mujeres sanas que practiquen y no practiquen ejercicio físico durante la gestación.


Uno de esos estudios publicado en el International Journal of Obesity en 2009 [7] examinó el efecto del ejercicio de fuerza de baja intensidad sobre el tamaño y peso del neonato al nacer en mujeres gestantes durante los dos últimos trimestres, concluyendo que este tipo de ejercicio físico no tuvo consecuencias negativas ni sobre el tamaño ni sobre el estado de salud general del neonato. Otro estudio más reciente publicado en el BCM Pregnancy and Childbirth de 2011 [8], que comparaba un grupo de mujeres embarazadas activas con otro grupo de mujeres sedentarias, concluye afirmando que el ejercicio aeróbico de danza no estaba asociado con la reducción del peso del neonato en el nacimiento, parto pretérmino, o bienestar general.

Por tanto, cada vez hay más evidencias científicas que despejan la escasa presunción de los riesgos para la salud materno-fetal por practicar ejercicio físico de forma moderada, y más pruebas a favor de los beneficios que puede comportar.



 

REFERENCIAS:


Guillermo Peña/Juan Ramón Heredia/Víctor Segarra

IICEFS

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